Uno de los grandes olvidados en el mantenimiento del vehículo es el líquido de frenos. Pero la función del líquido de frenos es esencial en la seguridad del vehículo y sus ocupantes y los datos reflejan que 7 de cada 10 automóviles circula con el líquido de frenos en mal estado. Los fabricantes recomiendan cambiarlo entre el año y los tres años, cosa que raramente ocurre.

En una frenada de emergencia, cada centímetro cuenta. El sistema de frenos tiene que estar en las mejores condiciones, ya que es el máximo resonsable de detener el vehículo en el menor tiempo posible.
Aquí observamos un dibujo que indica los metros que recorre el vehículo dependiendo de la velocidad y el estado de los frenos. Es evidente que el vehículo recorre más metros con unos frenos en MAL ESTADO. Pero, ¿cómo podemos saber si nuestro líquido de frenos necesita una renovación?
Aquí van algunos consejos
REVISA EL COLOR
Su color debe ser amarillo transparente. Con el tiempo el líquido será cada vez más y más oscuro perdiendo sus propiedades.
COMPRUEBA EL NIVEL
Siempre ha de encontrarse entre las dos marcas de máximo y mínimo. Si detecta alguna anomalía acuda a su taller de confianza lo más pronto posible.
¿Qué puede pasar si NO revisamos el líquido de frenos?
– Puede absorver humedad y la efectivadad del líquido de frenos se reduce drásticamente.
– Corrosión y deterioro prematuro de los componentes del freno (bomba de freno, latiguillos, ABS…).
– Menor seguridad, reducción de la potencia de frenada.
-Al pisar el pedal de freno se nota esponjoso y aumenta la distancia de parada.
¿Qué puede pasar SI revisamos el líquido de frenos?
– Recuperación de la sensación correcta al pisar el pedal de freno. La frenada es más directa y estable.
– Mayor resistencia a la corrosión y oxidación. Evita el deterioro prematuro del sistema de frenos.
– Alarga la vida del sistema de frenos.