Los 10 problemas de los coches eléctricos en invierno

Que el frío reduce la autonomía de las baterías es algo que muchos usuarios ya saben; pero los coches eléctricos tienen otras peculiaridades invernales, y algunas atañen a la seguridad1

1. Estaríamos entonces ante un primer problema de los eléctricos en invierno: pérdida de rendimiento de la batería, consecuente aumento del consumo y reducción de la autonomía.

Quien haya usado una cámara de fotos a temperaturas próximas a cero ya sabrá lo poco que duran sus baterías en comparación con nuestros viajes en épocas más cálidas, un fenómeno perfectamente extensible al uso de los vehículos eléctricos en invierno, estación que recorta de forma más que apreciable el alcance de nuestro coche entre recarga y recarga.

Es algo conocido por muchos, en un artículo anterior de El Confidencial, un mismo recorrido y a idéntica velocidad al volante de un Audi e-tron concluía con un gasto medio de 22,4 kWh/100 km a 16 grados centígrados (la temperatura ambiente ideal para una batería de iones de litio está entre 20 y 35 grados) y de 27,3 kWh/100 km a tres grados centígrados: un 21,9% más, y eso con una diferencia de solo 13 grados. Algunos lectores se preguntaban cuánto de ese aumento se debía al uso de la calefacción en invierno, pero en realidad la influencia de la climatización es prácticamente nula porque siempre realizamos las pruebas de consumo con el sistema apagado; del mismo modo que en verano medimos sin aire acondicionado, usando recorridos nocturnos para evitar el sol y las horas de más calor.

Con frío, el consumo de un eléctrico crece un 20% o más, y la autonomía se reducirá en parecida proporción. (Mercedes-Benz)

2. Climatizar el coche eléctrico al iniciar la marcha hace crecer el consumo de energía

El consumo de energía crece exponencialmente durante los primeros kilómetros, pues un vehículo estacionado durante horas, y especialmente de noche, puede tener su habitáculo prácticamente a la temperatura ambiente, de manera que elevarla hasta 20 o 22 grados, por ejemplo, requiere un sobreesfuerzo de la batería. Por eso es tan aconsejable preclimatizar el interior cuando aún está enchufado a la red, para lo cual podemos programar la calefacción en la propia pantalla del coche o desde un ‘smartphone’ mediante la aplicación correspondiente. Porque, además de lograr un consumo moderado de electricidad desde que emprendamos la marcha, disfrutaremos de un mayor confort. ¿O es que nadie ha visto a conductores de coches eléctricos abrigados como si viajasen al frente ruso?

3. La calefacción ‘tradicional’ eleva de forma apreciable el consumo de la batería

Para comprobarlo basta con encender y apagar la calefacción, pues eso tiene reflejo inmediato en la autonomía potencial indicada por la instrumentación: con la calefacción apagada puede indicar 320 kilómetros, por ejemplo, y bajar a 280 en cuanto ordenamos mantener 22 agradables grados en el interior. A este tercer problema le podemos poner solución mediante la calefacción de asientos, e, incluso, de volante, que ya muchos vehículos eléctricos equipan, pues estos sistemas generan un consumo eléctrico mucho más bajo que calentar un espacio de varios metros cúbicos, aunque ello puede llegar a generar una molesta sensación: cara fría, culo caliente.

En los test invernales previos al lanzamiento de nuevos eléctricos, se comprueba la influencia del frío extremo en la recarga. (BMW)

4. Una batería fría reduce su capacidad para aceptar carga.

Otra precaución que deberíamos tener con el vehículo eléctrico en invierno es cargar su batería nada más usar el coche, en lugar de programar la recarga para que se inicie horas después de haberlo estacionado. Porque ese sería el cuarto problema: una batería fría reduce su capacidad para aceptar carga. De hecho, viajando a temperaturas muy bajas es posible que la batería no alcance una buena temperatura de trabajo hasta pasadas dos horas, y sería a partir de ese momento cuando una recarga sería más rápida y eficaz. En cambio, si estacionamos el coche por la noche con poca batería y dejamos la recarga para la mañana siguiente, nada más emprender la marcha, el ‘llenado’ será más lento. Y, si la recarga es doméstica, lo suyo es llegar y ponerlo a cargar, aunque lógicamente el usuario debe tener en cuenta también las tarifas de cada horario; y, normalmente, se abaratan cerca de la medianoche.

5. Cuidado con los frenos

tanto la sal que se esparce por muchas calles y carreteras en esta época como el polvo pueden impregnar esos componentes y acelerar su oxidación, ya que en los vehículos de batería se frena mucho menos que en los de gasolina o diésel, ya que los motores eléctricos ejercen una fuerte deceleración que, en muchos caso, permite circular sin llegar a frenar… con los frenos. Los modelos con función ‘one pedal’, en los que basta acelerar y decelerar para controlar la velocidad e, incluso, el punto de detención son especialmente proclives a esta oxidación de los discos, que podemos solucionar de manera sencilla: frenando de vez en cuando. Es decir, evitar pararnos siempre por inercia o por la propia retención del motor. Además, la oxidación, el polvo y la sal pueden acabar acumulándose de tal modo que atasquen pastillas y pinzas, restando eficacia a la frenada, lo que podemos evitar con un lavado a presión periódico (una vez al mes, por ejemplo) de la zona interior de las llantas.

6. La retención del motor eléctrico al decelerar llega a ser tan fuerte que puede producir el bloqueo de las ruedas.

Porque, sobre firme muy deslizante, como nieve pisada o hielo, la retención del motor eléctrico al decelerar llega a ser tan fuerte que puede producir el bloqueo de las ruedas. En cualquier vehículo, sea cual sea su tipo de motor, se recomienda no frenar o, si no queda más remedio, realizar una frenada muy suave cuando la calzada es resbaladiza, y eso es aplicable también a los eléctricos. Pero muchos de estos tienen funciones para reenviar energía a la batería al decelerar con más fuerza, y eso genera una apreciable retención que, si levantamos el pie del acelerador bruscamente, genera una auténtica frenada, de modo que sobre nieve o hielo puede haber susto… como mínimo.

Para evitarlo, y no hablamos del invierno en general, sino de condiciones climáticas extremas y mala adherencia, lo mejor será desactivar el ‘one pedal’

Sobre superficies deslizantes conviene frenar con suavidad y desactivar la función de alta retención del motor. (Jaguar)

7. Reacción instantánea de las mecánicas eléctricas

La reacción instantánea de las mecánicas eléctricas aporta su potencia y su par de una forma más inmediata que los motores ‘convencionales’. Aunque los coches de batería cuentan con sistemas que ‘apaciguan’ esas aceleraciones instantáneas, lo cierto es que conviene modular la forma de acelerar sobre firme húmedo o con lluvia, y no digamos sobre nieve o hielo. Porque una pérdida de tracción, aunque sea corta, puede hacernos perder el control momentáneo del vehículo o, como mínimo, apartarnos de la trayectoria deseada, sobre todo si esa aceleración excesiva se produce en curva. Y, ojo, porque hay eléctricos de tracción delantera, total y trasera, y, en cada caso, las cadenas de nieve irán a un eje o al otro: a las ruedas delanteras en los dos primeros y a las ruedas posteriores en el tercer supuesto.

Cualquier viaje en coche eléctrico exige mayor planificación. Y, en invierno, incluso más. (Tesla)

8. Un vehículo eléctrico somete a sus neumáticos a tareas más duras

los vehículos eléctricos pesan mucho más que los de mecánica convencional y pueden entregar la potencia de una forma más contundente, dos factores que perjudican a la duración de los neumáticos. Y, si llevar una banda de rodadura gastada y con insuficiente profundidad de dibujo es peligroso en cualquier estación, en invierno, con más lluvia y otros fenómenos adversos, los neumáticos en mal estado son un auténtico peligro. Además, por su mayor masa, un vehículo eléctrico somete a sus neumáticos a tareas más duras: inercia en frenadas y arrancadas, fuerza centrífuga en las curvas…

9. Neumáticos: ¿agarre o eficiencia?

una gran parte de los coches eléctricos utilizan neumáticos de baja resistencia a la rodadura para reducir su consumo eléctrico y aumentar la autonomía homologada. Y baja resistencia a la rodadura es sinónimo de baja fricción o baja adherencia, lo cual no suena especialmente bien cuando las calzadas resbalan más y la temperatura es baja (a menos de ocho grados centígrados los neumáticos ya agarran claramente menos que con calor). Es decir, vehículos más pesados y con neumáticos que adhieren menos, una mezcla que conviene recordar al volante. E, incluso, al estacionar por la noche en la empinada rampa de nuestro garaje, porque con el frío y la helada de la madrugada podemos tener problemas de motricidad al acelerar por la mañana. La solución, dejar en la parte más baja el eje de tracción: si el coche tiene tracción trasera, el culo abajo para salir hacia adelante; si tiene tracción delantera el morro abajo para salir marcha atrás. Y, con tracción a las cuatro ruedas, como nos plazca.

10. Un eléctrico no se arranca a empujón

La mayor sencillez mecánica de los vehículos de batería hace pensar a algunos usuarios en ausencia de mantenimiento. Como si de un pequeño electrodoméstico se tratase. Es cierto que no hay que vigilar el aceite del motor, pero los eléctricos siguen teniendo líquido de frenos, aceite de transmisión, depósito del lavaparabrisas, líquido de dirección… e, incluso, batería de accesorios de 12 voltios en la mayoría de los casos. Y, si la batería es en invierno la principal causa de averías en modelos de gasolina y diésel, no son infrecuentes problemas de este tipo en coches eléctricos: si la batería de 12V no funciona, el coche tampoco lo hará, con el agravante de que un eléctrico no se arranca a empujón. Quizás a eso le podríamos llamar décimo problema.

Source: https://www.elconfidencial.com/motor/electricos/2021-12-09/coches-electricos-invierno-frio-nieve-bateria-frenos_3337805/

Electricidad o hidrógeno: el futuro de la movilidad

Ambas tecnologías se postulan como la mejor opción para descontaminar el tráfico terrestre, pero las dos se enfrentan al mismo problema: producir la energía que las alimenta.

Un coche eléctrico no contamina, y uno de hidrógeno, tampoco. Y los dos cumplen así con el requisito principal para convertirse en la solución del futuro, aquella que permita lograr la ansiada compatibilidad entre la movilidad y el medio ambiente.

Pero, aunque ambas tecnologías parecen ideales, no lo son y deben solucionar todavía desafíos importantes. Y el principal es común a las dos: cómo producir, a gran escala y de forma sostenible (tanto ecológica como económica), la energía que las alimenta.

Hoy en día, la electricidad tiene demasiadas emisiones asociadas, mientras que el hidrógeno sale excesivamente caro. La buena noticia es que ya se conocen las soluciones. Esta es la situación actual de ambas opciones.

Eléctricos

La producción de electricidad es, a escala mundial, la actividad humana que más CO2 arroja a la atmósfera, según datos de la Agencia Internacional de la Energía (IEA por sus siglas en inglés). Y lo es porque gran cantidad de esa electricidad se sigue produciendo en centrales, utilizando combustibles fósiles (carbón, gas, petróleo) y generando polución.

La IEA detalla que, en 2018, la producción de electricidad supuso el 41% de las emisiones globales de dióxido de carbono. El transporte, en el mismo periodo, se situó segundo, con un 25% del total, mientras que la industria fue tercera, 18%.

Los dos principales agentes emisiones, producción de electricidad y transporte, están además más relacionados que nunca, porque el coche eléctrico se está postulando como una de las grandes esperanzas del futuro cercano para descarbonizar la movilidad.Coche electrico

Mecánica de un coche eléctrico, con las baterías integradas en el suelo, ocupando la parte intermedia del coche.

El vehículo de baterías no genera emisiones al circular, y de esta forma aporta ya una ventaja insuperable frente a los modelos de combustión. Pero si la electricidad que los alimenta se produce como ahora, mayoritariamente de forma sucia, el balance ecológico global no resultará positivo, porque simplemente se estará cambiando la localización de las emisiones. Se podrá depurar el tráfico y la calidad del aire en las grandes ciudades, pero los gases de efecto invernadero seguirán acumulándose en el planeta y la temperatura media subiendo, agravando las consecuencias del cambio climático.

La solución consiste en alimentar a gran parte de esa nueva flota eléctrica con electricidad limpia, producida con energías renovables (eólica, solar, hidráulica), creando así un círculo virtuoso casi perfecto. Pero esa producción limpia tendrá que crecer, y mucho, porque hoy en día no llega al 20% (de media global) y resulta claramente insuficiente, incluso en el corto plazo: el parque móvil mundial supera los 1.000 millones de vehículos (1.300 sumando industriales), según las estadísticas de OICA, la organización internacional de fabricantes, y los coches eléctricos no llegan todavía al 2% del total. Pero llegarán, lo superarán con creces y si la electricidad limpia no crece en proporción, la problemática cobrará nuevas dimensiones.

De hidrógeno

Los vehículos de hidrógeno son, sobre el papel, mejores que los eléctricos, porque tampoco contaminan, suelen ofrecer mayor autonomía media y se repostan en tres o cuatro minutos, casi como un modelo de gasolina o diésel tradicional. Aunque comercialmente no hay mucho donde elegir, y la oferta se limita de momento a tres modelos.

Pero, al igual que les sucede a los eléctricos, su camino al futuro revela también complicaciones. El hidrógeno es el elemento más abundante en el planeta y no hay que producirlo. Sin embargo, nunca se encuentra por separado, siempre forma parte de algo, y hay que extraerlo.Coche de hidrogeno

Coche de hidrógeno: delante. la pila de combustible, y en el centro, las bombonas de almacenamiento.

Las industrias extraen hidrógeno a diario, y lo almacenan, porque forma parte de sus procesos productivos. Pero ese hidrógeno arrastra más emisiones asociadas de las deseables, y además requiere una depuración posterior para poder introducirlo en los automóviles, que solo funcionan con hidrógeno de alta pureza.

La vía para obtener el hidrógeno más puro está en sacarlo del agua (H2O), mediante electrólisis, aplicando una corriente que permite separar el hidrógeno del oxígeno. Pero, aparte de que el agua es un bien escaso, este proceso precisa de electricidad. Y para cerrar el círculo de la sostenibilidad, esta debería ser limpia (alcanzado el concepto de hidrógeno verde que ahora se comunica), y para hacer lo propio con el de la economía, también casi gratis.

De lo contrario, no salen los números. Sucede algo similar con la luna, que, aunque fuera al completo de oro, no compensaría, al menos con los costes de la tecnología espacial actual, mandar un cohete para conseguirlo.

A pequeña escala, la economía se relativiza y así ha logrado el hidrógeno de automoción llegar a la calle. Todavía no en España (para uso público), pero sí en Alemania, Dinamarca y otros países comunitarios. Sin embargo, tiene un coste demasiado elevado, de entre 9 y 11 euros por kilo (se almacena como gas y se mide en unidades de peso), que resulta incompatible con una expansión a nivel planetario.coches electricos

Tanto la electricidad como el hidrógeno requieren desplegar una red de suministro específica.

La solución está todavía pendiente, pero se trabaja en dos grandes ejes principales. Por un lado, todavía no existe apenas un mercado del hidrógeno. Cuando aumente la demanda aumentará la producción y, entonces, bajará el coste de cada kilo de hidrógeno obtenido, mejorando así la rentabilidad. En los Juegos Olímpicos de Tokio, por ejemplo, la organización, las diferentes comitivas y parte del público se iban a desplazar en coches de hidrógeno (particulares y colectivos), y con esa mayor demanda, se esperaba que el precio del kilo hubiera bajado a unos 4,5 euros. Pero la crisis vírica ha impedido comprobar el efecto positivo.

La otra vía consiste en extraer el hidrógeno de gases como el metano, que evitaría el consumo extra de agua y ayudaría además a la distribución posterior, porque el hidrógeno podría verterse (al menos una parte) en la misma red de gaseoductos. Y, aunque este camino requiere refinamiento posterior, si la energía consumida tiene origen limpio el balance final resulta interesante.

Una tercera opción, todavía en estudio pero muy prometedora, consiste en extraer el hidrógeno a bordo del propio coche a partir del metanol (CH4O), un alcohol simple. Y este alcohol, como beneficio añadido, puede conseguirse capturando CO2, sentando así las bases para un proceso especialmente limpio.

Este alcohol se produce actualmente en grandes reactores industriales, aplicando altas presiones y dióxido de carbono. Pero ya se ha conseguido sintetizar metanol de una forma mucho más sencilla: a partir de CO2, agua y electricidad (de fuentes renovables), y utilizando un elemento catalizador de muy bajo costo. Y, al menos hoy y hasta nuevas noticias, es la mejor alternativa que tenemos para una producción sostenible a gran escala.


Source: https://motor.elpais.com/tecnologia/electricidad-o-hidrogeno-el-futuro-de-la-movilidad/

Qué es y por qué es importante tener la hoja de rescate

La hoja de rescate es una ficha que incorpora toda la información técnica necesaria para poder abrir un vehículo en caso de accidente de manera rápida y segura. Cuenta con un formato estándar, válido para toda Europa, y además cada modelo de automóvil cuenta con una propia.

Llevar la hoja o tarjeta de rescate en el coche no sólo es beneficioso para los servicios de rescate, lo que les permitirá evacuar el vehículo con mayor rapidez, sino que resulta una ventaja fundamental para los propios ocupantes. Veamos por qué.

¿Por qué es importante?

Cuando ocurre un accidente, el tiempo de reacción es vital, pues de él depende que una persona herida de gravedad siga con vida o no. Para garantizar la supervivencia de los individuos, el tiempo transcurrido desde el accidente hasta su traslado al hospital no debe de ser mayor a 1 hora. Por lo tanto, todos coincidimos en que es fundamental facilitar las tareas de liberación del accidentado, y la mejor manera de hacerlo es contando con dicho documento.

La hoja de rescate permitirá que los servicios de rescate puedan actuar adecuadamente y a la mayor brevedad, para así liberar a los ocupantes de la manera más rápida y segura posible. Entre otras cosas, les permitirá conocer los diferentes puntos de corte del vehículo, teniendo en cuenta factores tan importantes como dónde está el depósito de gasolina o los puntos de alta tensión. Si nosotros hacemos el esfuerzo de colocarla en nuestro coche, los servicios de emergencia podrán actuar con mayor agilidad.

¿Dónde debo colocar la hoja de rescate?

Lo recomendable es imprimir una copia de la hoja de rescate y colocarla en el parasol del asiento del conductor, pues es de fácil acceso y tardarán menos en conseguirla. Además, también es aconsejable llevar en la parte inferior izquierda del parabrisas un adhesivo identificativo para que los servicios de rescate sepan que contamos con esa documentación. Se trata de un pequeño detalle que no supone ningún esfuerzo y puede salvar muchas vidas, empezando por la nuestra.

Por todo ello, no cabe duda de que la hoja de rescate salva vidas y además es algo que podemos conseguir con muy poco esfuerzo. Solo tenemos que encontrar la que se corresponda con nuestro vehículo y colocarla adecuadamente. Es un pequeño gesto, que en el supuesto caso de tener un accidente, agradeceremos enormemente.

Ejemplos de hojas de rescate de los modelos SEAT Leon y Peugeot 3008 HYbrid4

Listado de hojas de rescate

En el siguiente listado podrás encontrar diferentes fabricantes que ofrecen hojas de rescate. Ten en cuenta que no todos los modelos ofrecen hojas de rescate y que en ocasiones no están en español.

Te facilitamos el enlace dónde descargar las hojas de rescate de las marcas más vendidas en España:

Otras marcas de coche con la hojas de rescate en castellano:

Consulta otras marcas e idiomas en la web Rescue Sheet de la Federación Internacional del Automóvil.

Source: https://actualidad.seguroslagunaro.com/hoja-de-rescate/

10º Aniversario

Pues el tan deseado 2021 ya ha llegado y este año estamos de celebración!!

¡¡Cumplimos 10 añazos!!

Han sido 10 años de mucho trabajo. Trabajo del que nos sentimos muy orgullosos y que, mirando hacia atrás, creemos que han merecido la pena. Sobretodo porque tenemos clientes fieles que casi son familia y que acuden a nosotros en búsqueda de honestidad y un trabajo de calidad, valores que nos han guiado durante todo este tiempo. ¡¡GRACIAS A TODOS POR VUESTRA CONFIANZA!!

Calentar el coche durante unos minutos y otras seis falsas creencias

Algunos conductores aún creen que el cinturón no es necesario para los pasajeros o piensan que en autopista pueden adelantar por la derecha.

1. Calentar el motor antes de conducir

Una de las ideas erróneas que todavía se mantiene entre algunos conductores es la necesidad de calentar el motor antes de iniciar la marcha. La tecnología actual no tiene nada que ver con la que se utilizaba hace unos cuantos años, cuando sí era recomendable –en épocas frías– encender el vehículo y dejarlo algunos minutos al ralentí antes de empezar la ruta. Los propulsores actuales están preparados para funcionar casi al instante, de modo que poner en marcha un coche y esperar un rato antes de circular solo sirve para gastar combustible. En todo caso, durante los primeros minutos hay que mover el coche con suavidad para que el motor vaya tomando temperatura poco a poco.

A pesar de lo anterior, en pleno invierno, sobre todo si el vehículo pasa la noche en la calle, no está de más arrancarlo y esperar unos 30 segundos (no más) al ralentí. Ese tiempo es suficiente para que el aceite se caliente un poco (con el frío se espesa) y haya lubricado las partes más sensibles del motor. Después habrá que conducir con suavidad, entre 2.000 y 2.500 revoluciones por minuto, hasta ver que la temperatura del agua y el aceite llegue al punto ideal (90 grados), aunque el último tarda aproximadamente el doble.

2. Los ciclistas tienen prioridad en los pasos de peatones

El enunciado suena a pregunta trampa en un examen de conducir, y eso es exactamente. A la hora de cruzar por un paso de peatones, la bicicleta jamás tiene prioridad. Salvo casos muy puntuales. El Reglamento General de la Circulación establece con claridad que una bici es un vehículo, lo que implica que un ciclista debe cumplir esas normas y respetar las señales como si fuese un coche. Si un ciclista quiere atravesar un paso de cebra, debe bajarse de la bicicleta y cruzarlo a pie. Y lo mismo ocurre en las aceras, donde está prohibido circular en bici. Eso sí, algunos pasos permiten que los ciclistas los crucen pedaleando, y lo indican con la señal correspondiente.

3. Adelantar por la derecha está permitido

No solo está prohibido, sino que se considera una infracción grave y se penaliza con 200 euros de multa. Y, además, adelantar por el carril derecho es una de las maniobras más peligrosas, porque al conductor al que se rebasa nunca lo espera. Existen tres únicas excepciones, como señala el artículo 82 del Reglamento General de Circulación:

El adelantamiento se efectuará por la derecha […] cuando el conductor del vehículo al que se pretenda adelantar esté indicando claramente su propósito de cambiar de dirección a la izquierda o parar en ese lado.

También se puede sobrepasar por la derecha (en las vías con circulación en ambos sentidos) a los tranvías que marchen por la zona central.

Dentro de los poblados, en las calzadas que tengan, por lo menos, dos carriles reservados a la circulación en el mismo sentido de marcha.

4. Dejar una nota con los datos de contacto

Esta situación es típica en aparcamientos o en estacionamientos en la calle, cuando se pueden producir golpes o roces en la carrocería. Podemos pensar que, si en el momento del siniestro no se encuentra el propietario del otro automóvil, dejar una nota con nuestros datos personales es suficiente. Una idea muy equivocada, ya que esas anotaciones se pueden perder o desaparecer si alguien decide quitar el papel. Por eso, lo suyo es esperar a que aparezca el dueño del vehículo siniestrado para arreglar el parte amistoso de accidente o avisar a la Policía, para que tome nota del incidente y contacte con la parte implicada que no se encuentra allí en ese momento.

5. Usar el freno de mano si fallan los frenos

¿Qué hacer si, por el motivo que sea, falla el pedal de freno y no se puede detener el vehículo? Lo primero, mantener la calma, y lo segundo, tratar de frenar el vehículo. Tirar de freno de mano puede ser una solución, pero requiere pericia y conocimientos al volante, porque esta acción bloquearía las ruedas traseras, con la consiguiente pérdida de control del automóvil y un más que probable trompo. Por eso no suele recomendarse. Accionar y soltar la palanca alternativamente, para conseguir cierta retención pero evitando bloquear las ruedas, sería la forma ideal de afrontar la situación. Al mismo tiempo, conviene engranar la marcha más corta posible y aprovechar el freno motor para que ayude a detener el vehículo.

6. Un niño no puede ir en el asiento delantero

También es falso. Puede ocurrir que el vehículo sea biplaza y no cuente con asientos traseros. O que otros niños ocupen esas plazas y el único espacio que quede disponible sea el asiento del copiloto. En este caso, basta con desactivar el airbag y colocar correctamente el sistema de retención infantil homologado para llevar a bebé en ese lugar del coche. Ocurre igual con un niño de más edad que aún requiera de un sistema de retención.

Source: https://motor.elpais.com/conducir/calentar-el-coche-durante-unos-minutos-y-otras-seis-falsas-creencias/

Todas las ayudas y descuentos para comprar tu próximo coche eléctrico

El Plan Moves II concede hasta 5.500 euros de subvención, a los que hay que sumar, como mínimo, otros 1.000 de los fabricantes. Estos son los modelos que se benefician.

Una buena noticia para aquellos que estén pensado en reemplazar su automóvil por uno nuevo con mecánica eléctrica: el Plan Moves II concede hasta 5.500 euros de ayuda para incentivar la compra de modelos sin emisiones. Además, los fabricantes aportan un mínimo de otros 1.000, aunque la mayoría de marcas doblan esta cantidad, y el ahorro final puede alcanzar los 8.000 euros e incluso llegar a 10.000.

Para beneficiarse de las ayudas, eso sí, hay que cumplir ciertas condiciones. La principal es que el vehículo a comprar no supere los 45.000 euros.

Pero hoy en día hay al menos 20 vehículos disponibles en España que la cumplen, de varios tamaños y tipos, y que son los recogidos en este informe especial.

Como ayuda directa, el Plan Moves II aporta 4.000 euros. Y la entrega de un coche usado para achatarrar, con siete años de antigüedad o más, permite recibir otros 1.500, hasta los 5.500 euros citados.

Aunque para evitar picarescas que se dieron en planes anteriores, ahora se exige que tenga matricula española, la ITV en vigor y que haya estado a nombre de quien vaya a solicitar las subvenciones durante por lo menos un año.

21 coches eléctricos con descuentos de hasta 10.000 euros

Los fabricantes, por su parte, están reforzando su contribución económica (1.000 euros como mínimo) con ventajas paralelas que buscan también reactivar el mercado del automóvil y animar al cliente a la compra: por ejemplo, con descuentos por financiarla, regalar el poste de carga doméstico o aplazar los pagos para después del verano e incluso hasta 2021. Y los precios reflejados en este reportaje incluyen también todas estas ayudas una vez aplicadas.

Definición confusa

Como ha sucedido en ocasiones anteriores, la definición del Plan Moves II resulta algo enrevesada. Para empezar, el Gobierno provee los fondos (100 millones de euros) y activa el plan al publicarlo en el BOE.

Pero son las comunidades autónomas las que lo articulan, repartiendo la parte que les toca del presupuesto de la forma que consideren más adecuada, y casi ninguna comparte plazos o metodologías. Afortunadamente, las nuevas ayudas tienen efectos retroactivos y se pueden solicitar ya en cualquier comunidad, con independencia de cuándo se vaya a activar el Plan en la región.

El Plan Moves II tiene también su cara oculta, porque al igual que sucede con otras subvenciones (como el subsidio por desempleo, el paro, o las cuantías del SEPE asociadas a los actuales ERTE), habrá que computarlo en la Renta 2021. Y por las cantidades asociadas (de 4.000 euros en adelante), es más que probable que la próxima declaración salga a pagar.

Híbridos enchufables: también con ayudas

Los híbridos enchufables o PHEV son los únicos automóviles sin emisiones de la oferta actual que pueden cumplir como coche único para todo. Y es que combinan autonomía eléctrica para realizar los desplazamientos diarios con limpieza, y un motor térmico convencional, con su depósito, que permite afrontar viajes.

Los modelos PHEV pueden acogerse también a las subvenciones del Plan Moves II, aunque, al igual que sucede con los eléctricos, siempre que su precio no supere los 45.000 euros. En la oferta actual en España, 22 modelos cumplen esta condición.

La aportación del Plan asciende a 1.900 euros, aunque llega a 2.600 si se entrega un coche usado con siete o más años de antigüedad. Además, hay otros 1.000 euros que provee el fabricante, y que elevan la cantidad a 2.900 y 3.600 euros, respectivamente. Pero las marcas, en su mayoría, mejoran esta aportación con promociones extra asociadas a la financiación, entre otras, y que pueden elevar sustancialmente el ahorro final.

La letra pequeña de las subvenciones es otro aspecto a valorar, porque, como pasa en los eléctricos, estas ayudas computarán en la Renta 2021 y pueden alterar el resultado de la declaración, que salga a pagar en lugar de a devolver, por ejemplo.

La autonomía eléctrica ronda los 50 kilómetros en muchos modelos y, según la longitud de los trayectos diarios, se podría no consumir de lunes a viernes, o que este gasto fuera mínimo y mejor que el de los híbridos y diésel. El registro de la tabla se refiere solo a los primeros 100 kilómetros recorridos, y siempre que se parta con la batería llena. Después, el fin de semana o cuando se precise, el propulsor de combustión dará para viajar sin limitaciones, aunque también con mayor consumo.

TRES EJEMPLOS REALES

Se han podido probar tres de estos coches híbridos enchufables, los Ford Kuga, Mercedes Clase A y VW Passat GTE, y los resultados obtenidos se han aproximado a las cifras oficiales. Con el Kuga se cubrieron 44 kilómetros con las baterías y, al agotarlas, el gasto subió a ocho litros en ciudad y siete en autopista; con el Clase A se hicieron 60 kilómetros a pilas, y tras un uso variado por ciudad, montaña y autopista, el consumo se estabilizó en siete litros. Y con el Passat, los acumuladores dieron para circular 48 kilómetros sin emisiones y, después, en autopista, se conformó con seis litros. Los test se hicieron con el conductor solo a bordo y sin equipaje.

También descontaminamos el exterior del vehículo

Desde el comienzo de la pandemia nuestra prioridad ha sido la seguridad de nuestros clientes y la de nuestros trabajadores. Esta semana damos un paso más en Talleres 3R y descontaminamos no solo el interior sino también el exterior de cada vehículo cumpliendo así con todas las recomendaciones dadas por las autoridades.

 

Ya tenemos Máquina de Ozono para desinfectar el coche de virus

Pensando en la salud y el bienestar de todos nuestros clientes, desde finales de Abril todos los vehículos que pasan por Talleres3R son tratados con una máquina de ozono que permite desinfectar el interior del coche de virus y de bacterias.

Este gas se está convirtiendo en uno de los sistemas de eliminación del coronavirus más empleados por su especial eficacia contra rotavirus y poliovirus, pertenecientes al mismo Grupo IV de los coronavirus. Tanto es así que ya no sólo se utiliza para la desinfección de hogares o coches, sino que ya se emplea como tratamiento médico con excelentes resultados.

Las máquinas de ozono son muy efectivas para desinfectar el coche de virus y bacterias además de eliminar olores del habitáculo

El ozono es el gas con el mayor poder desinfectante y esterilizante que existe, y según la OMS, en concentraciones 0,1-0,2 mg/L.min, se consigue una eliminación del 99% de virus similares al COVID-19. En el interior de un coche es sencillo lograr esta concentración, lo que sumado a la gran capacidad de llegar a todo tipo de rincones y penetración en superficies por su estado gaseoso, permite eliminar el coronavirus en casi cualquier elemento del habitáculo.

El procedimiento es muy sencillo. Tan sólo se coloca el aparato ozonizador en el interior del coche y se activa durante unos 15 minutos. Después, simplemente hay que abrir puertas y ventanas para airear habitáculo y eliminar el exceso de gas. Con este rápido tratamiento no sólo se acaba con los ácaros, sino que se elimina cualquier tipo de olor, ya sea de tabaco, animales o humedad, entre otros.

¿Qué es el ozono?

Básicamente, el ozono es un gas compuesto por 3 átomos de oxígeno (O3), y se obtiene al someter al oxígeno a descargas eléctricas. Se puede detectar en el aire por su color azulado si está muy concentrado y por su fuerte olor, que desaparece en pocos segundos.

Es un desinfectante natural que evita utilizar agentes químicos a los que supera además en rapidez y, sobre todo, eficacia, ya que es capaz de desinfectar aire, agua, alimentos, superficies, tejidos y mobiliario, entre otros elementos. Además tiene un gran poder para eliminar y neutralizar olores. Esto es posible porque el ozono degrada todo tipo de compuestos transformándolos en subproductos inertes e inocuos que pierden sus propiedades. En pocos segundos se convierte otra vez en oxígeno, por lo que no deja residuos y es completamente respetuoso con el medio ambiente.

El problema que puede tener un coche diésel si no se mueve

A cualquier vehículo le pasan factura los largos periodos de inacción, y en los movidos por un motor de gasóleo el filtro de partículas es uno de los elementos más delicado.

Los coches diésel pueden sufrir más que otros a causa del coronavirus. Millones de automóviles permanecen parados por el estado de alarma y se exponen a problemas mecánicos que, en buena medida, se pueden evitar realizando un correcto mantenimiento.Y aunque estas recomendaciones generales sirven para todos, los modelos de gasóleo tienen un punto flaco adicional con consecuencias negativas: el filtro de partículas.

Se trata de un elemento al que le sienta particularmente mal la inactividad, algo que se ha puesto de manifiesto en un gran número de llamadas por incidencias relacionadas con el sistema, como ha podido recoger el Real Automóvil Club España (RACE) en su cuenta de Twitter:

El filtro tiende a acumular partículas y a saturarse por dos razones. Ocurre por la falta de uso pero también cuando se realizan trayectos cortos, en frío y a bajas revoluciones, precisamente el tipo de traslados más frecuentes durante en el estado de alarma actual. En un primer momento, la obstrucción parcial del filtro se manifiesta en el cuadro de mandos con la iluminación del testigo que aparece en el tuit del RACE.

Esto no implica que se vaya a producir una avería inmediata, pero de no solucionarse sí que puede convertirse en un quebradero de cabeza (y de bolsillo) para el propietario del vehículo. Por suerte, es relativamente sencillo solucionar el problema.

La recomendación principal es circular con el motor a unas revoluciones más altas de lo habitual. Esto aumentará la temperatura del motor, así como de los gases de escape y su velocidad, lo que permitirá quemar una mayor cantidad de partículas. Se eliminarán las que ya estuvieran acumuladas en el filtro y se minimizará el riesgo de que se depositen nuevas.

Sin embargo, hay que tener en cuenta que para hacerlo es necesario que el motor ya se encuentre caliente, puesto que forzarlo en frío puede causar averías de otra índole. Para calentar el propulsor se hace necesario tenerlo en funcionamiento durante un tiempo, algo que puede ser complicado dada las limitaciones de movilidad existentes. Lo recomendable, así pues, es subir las revoluciones del vehículo cuando estemos cerca ya del destino, para que el propulsor haya rodado el máximo tiempo posible y tenga la temperatura adecuada, situación que podrá comprobarse en el indicador del cuadro de mandos.

Otra medida útil, pero difícilmente realizable con el estado de alarma salvo excepciones muy concretas, es la de hacer viajes más largos y preferiblemente evitando entornos urbanos.

Cómo mantener bien el coche

Para una buena conservación de un vehículo que esté parado se deben seguir algunas recomendaciones básicas, que lo mantendrán listo para volver a funcionar sin problemas al cabo de unas semanas. Estas son algunas ideas fundamentales.

  • Batería. Si es posible, conviene desconectar la batería para que no se descargue. Bastará con desmontar el borne negativo de la masa para conservar la carga durante algunas semanas.
  • Neumáticos. Conviene que estén bien inflados para evitar deformaciones. Incluso es conveniente que tengan un 25% más de presión para que el propio peso del vehículo no los deforme.
  • Freno de mano. No levantar del todo la palanca del freno de mano, en el caso de que sea mecánico, para evitar que se agarrote con el tiempo. Dejar una marcha puesta para inmovilizar el vehículo y, si es necesario, bloquear las ruedas mediante cuñas.
  • Combustible. Dejar el depósito por encima de la mitad de su capacidad para evitar que se formen sedimentos o condensación de agua.