Los 10 problemas de los coches eléctricos en invierno

Que el frío reduce la autonomía de las baterías es algo que muchos usuarios ya saben; pero los coches eléctricos tienen otras peculiaridades invernales, y algunas atañen a la seguridad1

1. Estaríamos entonces ante un primer problema de los eléctricos en invierno: pérdida de rendimiento de la batería, consecuente aumento del consumo y reducción de la autonomía.

Quien haya usado una cámara de fotos a temperaturas próximas a cero ya sabrá lo poco que duran sus baterías en comparación con nuestros viajes en épocas más cálidas, un fenómeno perfectamente extensible al uso de los vehículos eléctricos en invierno, estación que recorta de forma más que apreciable el alcance de nuestro coche entre recarga y recarga.

Es algo conocido por muchos, en un artículo anterior de El Confidencial, un mismo recorrido y a idéntica velocidad al volante de un Audi e-tron concluía con un gasto medio de 22,4 kWh/100 km a 16 grados centígrados (la temperatura ambiente ideal para una batería de iones de litio está entre 20 y 35 grados) y de 27,3 kWh/100 km a tres grados centígrados: un 21,9% más, y eso con una diferencia de solo 13 grados. Algunos lectores se preguntaban cuánto de ese aumento se debía al uso de la calefacción en invierno, pero en realidad la influencia de la climatización es prácticamente nula porque siempre realizamos las pruebas de consumo con el sistema apagado; del mismo modo que en verano medimos sin aire acondicionado, usando recorridos nocturnos para evitar el sol y las horas de más calor.

Con frío, el consumo de un eléctrico crece un 20% o más, y la autonomía se reducirá en parecida proporción. (Mercedes-Benz)

2. Climatizar el coche eléctrico al iniciar la marcha hace crecer el consumo de energía

El consumo de energía crece exponencialmente durante los primeros kilómetros, pues un vehículo estacionado durante horas, y especialmente de noche, puede tener su habitáculo prácticamente a la temperatura ambiente, de manera que elevarla hasta 20 o 22 grados, por ejemplo, requiere un sobreesfuerzo de la batería. Por eso es tan aconsejable preclimatizar el interior cuando aún está enchufado a la red, para lo cual podemos programar la calefacción en la propia pantalla del coche o desde un ‘smartphone’ mediante la aplicación correspondiente. Porque, además de lograr un consumo moderado de electricidad desde que emprendamos la marcha, disfrutaremos de un mayor confort. ¿O es que nadie ha visto a conductores de coches eléctricos abrigados como si viajasen al frente ruso?

3. La calefacción ‘tradicional’ eleva de forma apreciable el consumo de la batería

Para comprobarlo basta con encender y apagar la calefacción, pues eso tiene reflejo inmediato en la autonomía potencial indicada por la instrumentación: con la calefacción apagada puede indicar 320 kilómetros, por ejemplo, y bajar a 280 en cuanto ordenamos mantener 22 agradables grados en el interior. A este tercer problema le podemos poner solución mediante la calefacción de asientos, e, incluso, de volante, que ya muchos vehículos eléctricos equipan, pues estos sistemas generan un consumo eléctrico mucho más bajo que calentar un espacio de varios metros cúbicos, aunque ello puede llegar a generar una molesta sensación: cara fría, culo caliente.

En los test invernales previos al lanzamiento de nuevos eléctricos, se comprueba la influencia del frío extremo en la recarga. (BMW)

4. Una batería fría reduce su capacidad para aceptar carga.

Otra precaución que deberíamos tener con el vehículo eléctrico en invierno es cargar su batería nada más usar el coche, en lugar de programar la recarga para que se inicie horas después de haberlo estacionado. Porque ese sería el cuarto problema: una batería fría reduce su capacidad para aceptar carga. De hecho, viajando a temperaturas muy bajas es posible que la batería no alcance una buena temperatura de trabajo hasta pasadas dos horas, y sería a partir de ese momento cuando una recarga sería más rápida y eficaz. En cambio, si estacionamos el coche por la noche con poca batería y dejamos la recarga para la mañana siguiente, nada más emprender la marcha, el ‘llenado’ será más lento. Y, si la recarga es doméstica, lo suyo es llegar y ponerlo a cargar, aunque lógicamente el usuario debe tener en cuenta también las tarifas de cada horario; y, normalmente, se abaratan cerca de la medianoche.

5. Cuidado con los frenos

tanto la sal que se esparce por muchas calles y carreteras en esta época como el polvo pueden impregnar esos componentes y acelerar su oxidación, ya que en los vehículos de batería se frena mucho menos que en los de gasolina o diésel, ya que los motores eléctricos ejercen una fuerte deceleración que, en muchos caso, permite circular sin llegar a frenar… con los frenos. Los modelos con función ‘one pedal’, en los que basta acelerar y decelerar para controlar la velocidad e, incluso, el punto de detención son especialmente proclives a esta oxidación de los discos, que podemos solucionar de manera sencilla: frenando de vez en cuando. Es decir, evitar pararnos siempre por inercia o por la propia retención del motor. Además, la oxidación, el polvo y la sal pueden acabar acumulándose de tal modo que atasquen pastillas y pinzas, restando eficacia a la frenada, lo que podemos evitar con un lavado a presión periódico (una vez al mes, por ejemplo) de la zona interior de las llantas.

6. La retención del motor eléctrico al decelerar llega a ser tan fuerte que puede producir el bloqueo de las ruedas.

Porque, sobre firme muy deslizante, como nieve pisada o hielo, la retención del motor eléctrico al decelerar llega a ser tan fuerte que puede producir el bloqueo de las ruedas. En cualquier vehículo, sea cual sea su tipo de motor, se recomienda no frenar o, si no queda más remedio, realizar una frenada muy suave cuando la calzada es resbaladiza, y eso es aplicable también a los eléctricos. Pero muchos de estos tienen funciones para reenviar energía a la batería al decelerar con más fuerza, y eso genera una apreciable retención que, si levantamos el pie del acelerador bruscamente, genera una auténtica frenada, de modo que sobre nieve o hielo puede haber susto… como mínimo.

Para evitarlo, y no hablamos del invierno en general, sino de condiciones climáticas extremas y mala adherencia, lo mejor será desactivar el ‘one pedal’

Sobre superficies deslizantes conviene frenar con suavidad y desactivar la función de alta retención del motor. (Jaguar)

7. Reacción instantánea de las mecánicas eléctricas

La reacción instantánea de las mecánicas eléctricas aporta su potencia y su par de una forma más inmediata que los motores ‘convencionales’. Aunque los coches de batería cuentan con sistemas que ‘apaciguan’ esas aceleraciones instantáneas, lo cierto es que conviene modular la forma de acelerar sobre firme húmedo o con lluvia, y no digamos sobre nieve o hielo. Porque una pérdida de tracción, aunque sea corta, puede hacernos perder el control momentáneo del vehículo o, como mínimo, apartarnos de la trayectoria deseada, sobre todo si esa aceleración excesiva se produce en curva. Y, ojo, porque hay eléctricos de tracción delantera, total y trasera, y, en cada caso, las cadenas de nieve irán a un eje o al otro: a las ruedas delanteras en los dos primeros y a las ruedas posteriores en el tercer supuesto.

Cualquier viaje en coche eléctrico exige mayor planificación. Y, en invierno, incluso más. (Tesla)

8. Un vehículo eléctrico somete a sus neumáticos a tareas más duras

los vehículos eléctricos pesan mucho más que los de mecánica convencional y pueden entregar la potencia de una forma más contundente, dos factores que perjudican a la duración de los neumáticos. Y, si llevar una banda de rodadura gastada y con insuficiente profundidad de dibujo es peligroso en cualquier estación, en invierno, con más lluvia y otros fenómenos adversos, los neumáticos en mal estado son un auténtico peligro. Además, por su mayor masa, un vehículo eléctrico somete a sus neumáticos a tareas más duras: inercia en frenadas y arrancadas, fuerza centrífuga en las curvas…

9. Neumáticos: ¿agarre o eficiencia?

una gran parte de los coches eléctricos utilizan neumáticos de baja resistencia a la rodadura para reducir su consumo eléctrico y aumentar la autonomía homologada. Y baja resistencia a la rodadura es sinónimo de baja fricción o baja adherencia, lo cual no suena especialmente bien cuando las calzadas resbalan más y la temperatura es baja (a menos de ocho grados centígrados los neumáticos ya agarran claramente menos que con calor). Es decir, vehículos más pesados y con neumáticos que adhieren menos, una mezcla que conviene recordar al volante. E, incluso, al estacionar por la noche en la empinada rampa de nuestro garaje, porque con el frío y la helada de la madrugada podemos tener problemas de motricidad al acelerar por la mañana. La solución, dejar en la parte más baja el eje de tracción: si el coche tiene tracción trasera, el culo abajo para salir hacia adelante; si tiene tracción delantera el morro abajo para salir marcha atrás. Y, con tracción a las cuatro ruedas, como nos plazca.

10. Un eléctrico no se arranca a empujón

La mayor sencillez mecánica de los vehículos de batería hace pensar a algunos usuarios en ausencia de mantenimiento. Como si de un pequeño electrodoméstico se tratase. Es cierto que no hay que vigilar el aceite del motor, pero los eléctricos siguen teniendo líquido de frenos, aceite de transmisión, depósito del lavaparabrisas, líquido de dirección… e, incluso, batería de accesorios de 12 voltios en la mayoría de los casos. Y, si la batería es en invierno la principal causa de averías en modelos de gasolina y diésel, no son infrecuentes problemas de este tipo en coches eléctricos: si la batería de 12V no funciona, el coche tampoco lo hará, con el agravante de que un eléctrico no se arranca a empujón. Quizás a eso le podríamos llamar décimo problema.

Source: https://www.elconfidencial.com/motor/electricos/2021-12-09/coches-electricos-invierno-frio-nieve-bateria-frenos_3337805/

Electricidad o hidrógeno: el futuro de la movilidad

Ambas tecnologías se postulan como la mejor opción para descontaminar el tráfico terrestre, pero las dos se enfrentan al mismo problema: producir la energía que las alimenta.

Un coche eléctrico no contamina, y uno de hidrógeno, tampoco. Y los dos cumplen así con el requisito principal para convertirse en la solución del futuro, aquella que permita lograr la ansiada compatibilidad entre la movilidad y el medio ambiente.

Pero, aunque ambas tecnologías parecen ideales, no lo son y deben solucionar todavía desafíos importantes. Y el principal es común a las dos: cómo producir, a gran escala y de forma sostenible (tanto ecológica como económica), la energía que las alimenta.

Hoy en día, la electricidad tiene demasiadas emisiones asociadas, mientras que el hidrógeno sale excesivamente caro. La buena noticia es que ya se conocen las soluciones. Esta es la situación actual de ambas opciones.

Eléctricos

La producción de electricidad es, a escala mundial, la actividad humana que más CO2 arroja a la atmósfera, según datos de la Agencia Internacional de la Energía (IEA por sus siglas en inglés). Y lo es porque gran cantidad de esa electricidad se sigue produciendo en centrales, utilizando combustibles fósiles (carbón, gas, petróleo) y generando polución.

La IEA detalla que, en 2018, la producción de electricidad supuso el 41% de las emisiones globales de dióxido de carbono. El transporte, en el mismo periodo, se situó segundo, con un 25% del total, mientras que la industria fue tercera, 18%.

Los dos principales agentes emisiones, producción de electricidad y transporte, están además más relacionados que nunca, porque el coche eléctrico se está postulando como una de las grandes esperanzas del futuro cercano para descarbonizar la movilidad.Coche electrico

Mecánica de un coche eléctrico, con las baterías integradas en el suelo, ocupando la parte intermedia del coche.

El vehículo de baterías no genera emisiones al circular, y de esta forma aporta ya una ventaja insuperable frente a los modelos de combustión. Pero si la electricidad que los alimenta se produce como ahora, mayoritariamente de forma sucia, el balance ecológico global no resultará positivo, porque simplemente se estará cambiando la localización de las emisiones. Se podrá depurar el tráfico y la calidad del aire en las grandes ciudades, pero los gases de efecto invernadero seguirán acumulándose en el planeta y la temperatura media subiendo, agravando las consecuencias del cambio climático.

La solución consiste en alimentar a gran parte de esa nueva flota eléctrica con electricidad limpia, producida con energías renovables (eólica, solar, hidráulica), creando así un círculo virtuoso casi perfecto. Pero esa producción limpia tendrá que crecer, y mucho, porque hoy en día no llega al 20% (de media global) y resulta claramente insuficiente, incluso en el corto plazo: el parque móvil mundial supera los 1.000 millones de vehículos (1.300 sumando industriales), según las estadísticas de OICA, la organización internacional de fabricantes, y los coches eléctricos no llegan todavía al 2% del total. Pero llegarán, lo superarán con creces y si la electricidad limpia no crece en proporción, la problemática cobrará nuevas dimensiones.

De hidrógeno

Los vehículos de hidrógeno son, sobre el papel, mejores que los eléctricos, porque tampoco contaminan, suelen ofrecer mayor autonomía media y se repostan en tres o cuatro minutos, casi como un modelo de gasolina o diésel tradicional. Aunque comercialmente no hay mucho donde elegir, y la oferta se limita de momento a tres modelos.

Pero, al igual que les sucede a los eléctricos, su camino al futuro revela también complicaciones. El hidrógeno es el elemento más abundante en el planeta y no hay que producirlo. Sin embargo, nunca se encuentra por separado, siempre forma parte de algo, y hay que extraerlo.Coche de hidrogeno

Coche de hidrógeno: delante. la pila de combustible, y en el centro, las bombonas de almacenamiento.

Las industrias extraen hidrógeno a diario, y lo almacenan, porque forma parte de sus procesos productivos. Pero ese hidrógeno arrastra más emisiones asociadas de las deseables, y además requiere una depuración posterior para poder introducirlo en los automóviles, que solo funcionan con hidrógeno de alta pureza.

La vía para obtener el hidrógeno más puro está en sacarlo del agua (H2O), mediante electrólisis, aplicando una corriente que permite separar el hidrógeno del oxígeno. Pero, aparte de que el agua es un bien escaso, este proceso precisa de electricidad. Y para cerrar el círculo de la sostenibilidad, esta debería ser limpia (alcanzado el concepto de hidrógeno verde que ahora se comunica), y para hacer lo propio con el de la economía, también casi gratis.

De lo contrario, no salen los números. Sucede algo similar con la luna, que, aunque fuera al completo de oro, no compensaría, al menos con los costes de la tecnología espacial actual, mandar un cohete para conseguirlo.

A pequeña escala, la economía se relativiza y así ha logrado el hidrógeno de automoción llegar a la calle. Todavía no en España (para uso público), pero sí en Alemania, Dinamarca y otros países comunitarios. Sin embargo, tiene un coste demasiado elevado, de entre 9 y 11 euros por kilo (se almacena como gas y se mide en unidades de peso), que resulta incompatible con una expansión a nivel planetario.coches electricos

Tanto la electricidad como el hidrógeno requieren desplegar una red de suministro específica.

La solución está todavía pendiente, pero se trabaja en dos grandes ejes principales. Por un lado, todavía no existe apenas un mercado del hidrógeno. Cuando aumente la demanda aumentará la producción y, entonces, bajará el coste de cada kilo de hidrógeno obtenido, mejorando así la rentabilidad. En los Juegos Olímpicos de Tokio, por ejemplo, la organización, las diferentes comitivas y parte del público se iban a desplazar en coches de hidrógeno (particulares y colectivos), y con esa mayor demanda, se esperaba que el precio del kilo hubiera bajado a unos 4,5 euros. Pero la crisis vírica ha impedido comprobar el efecto positivo.

La otra vía consiste en extraer el hidrógeno de gases como el metano, que evitaría el consumo extra de agua y ayudaría además a la distribución posterior, porque el hidrógeno podría verterse (al menos una parte) en la misma red de gaseoductos. Y, aunque este camino requiere refinamiento posterior, si la energía consumida tiene origen limpio el balance final resulta interesante.

Una tercera opción, todavía en estudio pero muy prometedora, consiste en extraer el hidrógeno a bordo del propio coche a partir del metanol (CH4O), un alcohol simple. Y este alcohol, como beneficio añadido, puede conseguirse capturando CO2, sentando así las bases para un proceso especialmente limpio.

Este alcohol se produce actualmente en grandes reactores industriales, aplicando altas presiones y dióxido de carbono. Pero ya se ha conseguido sintetizar metanol de una forma mucho más sencilla: a partir de CO2, agua y electricidad (de fuentes renovables), y utilizando un elemento catalizador de muy bajo costo. Y, al menos hoy y hasta nuevas noticias, es la mejor alternativa que tenemos para una producción sostenible a gran escala.


Source: https://motor.elpais.com/tecnologia/electricidad-o-hidrogeno-el-futuro-de-la-movilidad/

Todas las ayudas y descuentos para comprar tu próximo coche eléctrico

El Plan Moves II concede hasta 5.500 euros de subvención, a los que hay que sumar, como mínimo, otros 1.000 de los fabricantes. Estos son los modelos que se benefician.

Una buena noticia para aquellos que estén pensado en reemplazar su automóvil por uno nuevo con mecánica eléctrica: el Plan Moves II concede hasta 5.500 euros de ayuda para incentivar la compra de modelos sin emisiones. Además, los fabricantes aportan un mínimo de otros 1.000, aunque la mayoría de marcas doblan esta cantidad, y el ahorro final puede alcanzar los 8.000 euros e incluso llegar a 10.000.

Para beneficiarse de las ayudas, eso sí, hay que cumplir ciertas condiciones. La principal es que el vehículo a comprar no supere los 45.000 euros.

Pero hoy en día hay al menos 20 vehículos disponibles en España que la cumplen, de varios tamaños y tipos, y que son los recogidos en este informe especial.

Como ayuda directa, el Plan Moves II aporta 4.000 euros. Y la entrega de un coche usado para achatarrar, con siete años de antigüedad o más, permite recibir otros 1.500, hasta los 5.500 euros citados.

Aunque para evitar picarescas que se dieron en planes anteriores, ahora se exige que tenga matricula española, la ITV en vigor y que haya estado a nombre de quien vaya a solicitar las subvenciones durante por lo menos un año.

21 coches eléctricos con descuentos de hasta 10.000 euros

Los fabricantes, por su parte, están reforzando su contribución económica (1.000 euros como mínimo) con ventajas paralelas que buscan también reactivar el mercado del automóvil y animar al cliente a la compra: por ejemplo, con descuentos por financiarla, regalar el poste de carga doméstico o aplazar los pagos para después del verano e incluso hasta 2021. Y los precios reflejados en este reportaje incluyen también todas estas ayudas una vez aplicadas.

Definición confusa

Como ha sucedido en ocasiones anteriores, la definición del Plan Moves II resulta algo enrevesada. Para empezar, el Gobierno provee los fondos (100 millones de euros) y activa el plan al publicarlo en el BOE.

Pero son las comunidades autónomas las que lo articulan, repartiendo la parte que les toca del presupuesto de la forma que consideren más adecuada, y casi ninguna comparte plazos o metodologías. Afortunadamente, las nuevas ayudas tienen efectos retroactivos y se pueden solicitar ya en cualquier comunidad, con independencia de cuándo se vaya a activar el Plan en la región.

El Plan Moves II tiene también su cara oculta, porque al igual que sucede con otras subvenciones (como el subsidio por desempleo, el paro, o las cuantías del SEPE asociadas a los actuales ERTE), habrá que computarlo en la Renta 2021. Y por las cantidades asociadas (de 4.000 euros en adelante), es más que probable que la próxima declaración salga a pagar.

Híbridos enchufables: también con ayudas

Los híbridos enchufables o PHEV son los únicos automóviles sin emisiones de la oferta actual que pueden cumplir como coche único para todo. Y es que combinan autonomía eléctrica para realizar los desplazamientos diarios con limpieza, y un motor térmico convencional, con su depósito, que permite afrontar viajes.

Los modelos PHEV pueden acogerse también a las subvenciones del Plan Moves II, aunque, al igual que sucede con los eléctricos, siempre que su precio no supere los 45.000 euros. En la oferta actual en España, 22 modelos cumplen esta condición.

La aportación del Plan asciende a 1.900 euros, aunque llega a 2.600 si se entrega un coche usado con siete o más años de antigüedad. Además, hay otros 1.000 euros que provee el fabricante, y que elevan la cantidad a 2.900 y 3.600 euros, respectivamente. Pero las marcas, en su mayoría, mejoran esta aportación con promociones extra asociadas a la financiación, entre otras, y que pueden elevar sustancialmente el ahorro final.

La letra pequeña de las subvenciones es otro aspecto a valorar, porque, como pasa en los eléctricos, estas ayudas computarán en la Renta 2021 y pueden alterar el resultado de la declaración, que salga a pagar en lugar de a devolver, por ejemplo.

La autonomía eléctrica ronda los 50 kilómetros en muchos modelos y, según la longitud de los trayectos diarios, se podría no consumir de lunes a viernes, o que este gasto fuera mínimo y mejor que el de los híbridos y diésel. El registro de la tabla se refiere solo a los primeros 100 kilómetros recorridos, y siempre que se parta con la batería llena. Después, el fin de semana o cuando se precise, el propulsor de combustión dará para viajar sin limitaciones, aunque también con mayor consumo.

TRES EJEMPLOS REALES

Se han podido probar tres de estos coches híbridos enchufables, los Ford Kuga, Mercedes Clase A y VW Passat GTE, y los resultados obtenidos se han aproximado a las cifras oficiales. Con el Kuga se cubrieron 44 kilómetros con las baterías y, al agotarlas, el gasto subió a ocho litros en ciudad y siete en autopista; con el Clase A se hicieron 60 kilómetros a pilas, y tras un uso variado por ciudad, montaña y autopista, el consumo se estabilizó en siete litros. Y con el Passat, los acumuladores dieron para circular 48 kilómetros sin emisiones y, después, en autopista, se conformó con seis litros. Los test se hicieron con el conductor solo a bordo y sin equipaje.

coche electrico talleres 3R

La DGT desvela la verdad del coche eléctrico

«Cometimos el error de vender un producto que no teníamos en la estantería, no tenemos dónde enchufarlo y el precio es carísimo. Nos equivocamos todos»

El director de la Dirección General de Tráfico, Pere Navarro, ha defendido que hay que resolver «el tema de la precariedad» para poder decirle a la gente «que compre un coche nuevo y además eléctrico». «Cometimos el error de vender un producto que no teníamos en la estantería, no tenemos dónde enchufarlo y el precio es carísimo. Nos equivocamos todos», ha lamentado.

En este sentido, ha añadido que «sin infraestructura de carga no hay coche eléctrico» y que es una «prioridad» del Gobierno crear la infraestructura «adecuada». «Donde nos haría falta, Seguir leyendo «La DGT desvela la verdad del coche eléctrico»

El cambio energético y del transporte

Para el año 2030 el 95% de los transportes serán eléctricos y autónomos.

Tony Seba, profesor de Stanford y gurú tecnológico, vaticina que al igual que Apple revolucionó el mundo de las comunicaciones con su teléfono móvil, el coche eléctrico y la conducción autónoma transformarán la economía mundial basada en el en el petróleo. Y la energía solar se dibuja como la única fuente capaz de satisfacer la futura demanda de un mundo superpoblado. El Profesor Seba también cree que para el año 2030 el 95% de los transportes serán eléctricos y autónomos. y vosotros que pensáis?

coche electrico, talleres 3r

Coche eléctrico: 12 horas y media para ir de Madrid a Sevilla

Hoy se habla mucho de los coches eléctricos pero, ¿son el futuro o el presente?. Reproducimos a continuación un artículo de el diario El Pais en el que su reto es viajar en coche eléctrico de Madrid a Sevilla, el resultado, 12 horas y media.

 

La ausencia de una red de carga rápida de vehículos eléctricos convierte en una aventura llegar hasta la capital andaluza en este medio de transporte

Reto: llegar en coche eléctrico de Madrid a Sevilla. El eléctrico es un sector del mundo automovilístico que en los últimos años no ha parado de efervescer con innovaciones y mejoras. Tampoco de crecer: hay previsiones de que en 2020 el parque eléctrico español multiplique por cinco las unidades que había en 2017 (115.000 en circulación). El vehículo, cero emisiones, ha mostrado su eficiencia en ciudad (el 53% de los madrileños ha usado algún vehículo eléctrico de las compañías de sharing instaladas en la capital), pero aún renquea en distancias largas.

Nissan ha cedido a EL PAÍS un vehículo: un modelo Leaf de 2016. Elegante, lleno de sensores, cómodo. Tiene varias modalidades de conducción: una óptima para ciudad (ciclo urbano) y otra pensada para mayor recorrido (ciclo combinado).

Autonomía: 270 kilómetros oficiales. Es decir, que con la carga al 100% se podrían recorrer 270 kilómetros por carretera en condiciones idóneas. Pero las condiciones no siempre son idóneas.

12 horas y media para ir de Madrid a Sevilla

El jueves 24 de enero por la mañana es la cita para recoger el coche. A las 11.00 arranca el viaje del centro de Madrid, desde Nuevos Ministerios. Hasta Sevilla hay casi 520 kilómetros por la Vía de la Plata. Este camino transita de la llanura manchega a la dehesa extremeña, para luego bordear la sierra de Aracena y llegar a la capital andaluza por la Sierra Norte de Sevilla. Las matemáticas salen: saliendo con la batería llena (que permite recorrer 270 kilómetros), bastaría repostar una sola vez en el viaje y llegar al atardecer a tomar unas cañas en la Alameda de Hércules. No es así.

Seguir leyendo «Coche eléctrico: 12 horas y media para ir de Madrid a Sevilla»

Telsa Model 3, el coche eléctrico asequible

Aunque seguro que muchos no habíais oído hablar de la marca Tesla, seguro que estos días no parais de escucharlo. Hoy os contamos el porqué.

El Model 3 es el primer Tesla que verdaderamente aspira al mercado tradicional de coches. Atrás queda su primer modelo, un roadster, con el que quisieron dejar patente que el vehículo eléctrico era una posibilidad, y sus siguientes modelos, ya berlinas, pero debido al coste del desarrollo, con un precio muy elevado que hacía imposible que fuese un coche para las masas.

Después de lo aprendido todos estos años hoy Tesla puede ofrecer un vehículo 100% eléctrico cuyo precio parte 35.000 dólares (aproximadamente 30.700 euros), precio alto sí, pero similar a lo que una berlina premium de gama media puede costar. Tesla empieza a entrar en el juego de las grandes compañías.

telsa model 3Big

¿Cuáles son sus características? Lo primero que nos viene a la mente cada vez que hablamos de un vehículo eléctrico es su autonomía, verdadero cuello de botella por el momento de este tipo de vehículo. Con 346 kilómetros por carga, y con sistema de carga rápida, su autonomía sigue sin acercarse a la de los vehículos con motores de combustión pero empieza a ser una cifra ya más que asumible por gran parte de los usuarios.

Otro de los puntos fuertes del Model 3 es el modo autopilot, el sistema de conducción semiautónoma que Tesla ha empezado a implantar en sus modelos y que tanto ha dado que hablar. Además de eso, ya un clásico en sus modelos, su aceleración de 0 a 100 Km/h es más que notable, en menos de seis segundos.

Con cinco plazas, dos maleteros, en la parte delantera y en la trasera, y un interior que sigue la linea de sus hermanos mayores con un salpicadero dominado por la pantalla de 15 pulgadas el Model 3 mantiene a pesar de su precio la esencia Tesla.

telsa model 3

Tal ha sido la expectación que este modelo ha levantado que ya han sido 115.000 las reservas realizadas, todas ellas sin ni siquiera saber ni ver nada del coche, lo que da un ejemplo de la imagen de marca que Tesla se ha ganado a lo largo de estos años, una imagen a la altura de las grandes. Ahora es el turno de llevar esa imagen al usuario medio y democratizar de una vez por todas el coche eléctrico aunque lo va a tener complicado.

Va a tener complicado el poder ajustar la producción a la demanda ya que el Model 3 empezará a producirse a finales del 2017 con una producción estimada de medio millón de vehículos al año, todo hace indicar que la demanda del modelo será bastante superior.